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  • Cuento esta anécdota en tono irónico al principio de mi libro William Burroughs and the Secret of Fascination, pero mi relación académica con Burroughs se debió enteramente a mi tutor en Oxford, Peter Conrad. Estaba discutiendo con él la idea de quedarme para hacer un postgrado y cuando mencioné el nombre de Burroughs en la conversación... bueno, él lo dejó caer estrepitosamente al suelo y se persignó como si estuviera ahuyentando a un espíritu maligno. Como, en cualquier caso, yo era muy ambivalente respecto a una carrera académica, eso me decidió.

    Fuente: bigother.com