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  • Hay tanto ímpetu de cambio, tanto deseo de que no continúe esta economía del petróleo, pero aun así continúa. Y la gente suele pensar que se debe a que la tecnología no es lo suficientemente buena, a que no se invierte dinero o a que aún no está lista. No es nada de eso. En realidad se trata de un sistema de comportamiento gubernamental y corporativo que trabajan en connivencia y al unísono para desviar cualquier impulso hacia verdaderas energías alternativas.