En mi opinión, nadie es realmente eficaz a la hora de hacer frente a esas redes de delincuencia organizada que están estableciendo conexiones desde África hasta Asia para financiar y facilitar la caza furtiva de enormes volúmenes de marfil, y luego venderlo en el mercado asiático. Muy poca gente ha tratado de hacer frente a nivel mundial a esa grave amenaza de la delincuencia organizada que también está vinculada a grupos de milicianos. Esto tiene que cambiar. Es necesario que los gobiernos pongan todo su empeño en hacer frente a este problema.