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Tras las catástrofes, la atención sanitaria reproductiva queda relegada a un segundo plano. Sin embargo, siguen naciendo bebés. Cuando todas las infraestructuras se vienen abajo, cuando los hospitales y todo su equipamiento tecnológico quedan destruidos, las comadronas resultan útiles. Pueden ayudar a las mujeres a dar a luz con o sin electricidad, agua corriente, equipos... incluso el refugio es opcional. Cuando los bebés están listos, vienen.