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Éramos los consumidores finales y pensamos: "Los universitarios se volverán locos. Los chicos de instituto conocerán música que no conocían. Esto va a ser un fenómeno". Además, parecía que era algo de iniciados, pero estaba al alcance de todos. Pensé: "Las compañías de cable se lo van a tragar". Piensa en la basura que hay en tantas compañías de cable, por supuesto que les va a encantar esto. Y nos chafó que a nadie le importara.