-
¡Cristo ha resucitado! Oh cumbres, atestiguad
¡Testigo, cañada resonante y ola de torrente!
El valor inmortal en el pecho humano
Nacido de esa victoria, cuenta cuán a menudo los valientes
A acampar entre rocas y cuevas,
Nerviosos por esas palabras, su fe luchadora han llevado,
Plantando la cruz en lo alto sobre las nubes de la mañana.