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Esta doctrina del perdón de los pecados es una prima al delito. Perdona nuestros pecados significa que continuemos en nuestra iniquidad. Es una de las doctrinas más perniciosas y una de las fuentes más fructíferas de inmoralidad. Ha sido la causa principal de que las naciones cristianas sean las más inmorales. Al enseñar esta doctrina, Cristo cometió un pecado que su muerte no expió y que nunca podrá ser perdonado. El pecado no tiene perdón. Toda causa tiene su efecto; todo pecador debe sufrir las consecuencias de sus pecados.