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Cuando un hombre toca el cuerpo de una mujer, no sólo está tocando su cuerpo. Para una mujer es MUCHO MÁS PROFUNDO que eso. Está tocando partes de su alma, partes tan diversas como lo que ella siente por ser abuela algún día, cuál es su helado favorito, cuánto quiere a su mascota o su opinión sobre cómo gobierna el actual Presidente. El hombre quiere un encuentro sexual y el amor está lejos de su mente; ella desea permanencia, compromiso, seguridad y protección.