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  • Hicimos la fiesta de inauguración (no me gusta mucho el fútbol) y empezó a llover. Me encontraba un poco mal y volví al hotel donde nos alojábamos. No sabíamos si Prince iba a seguir o no porque llovía mucho. Él ya lo había pregrabado por si acaso no podía seguir. Así que me senté envuelta en mantas, con una bolsa de agua caliente y té caliente, y él empezó y fue lo más mágico que he visto en mi vida.

    Fuente: www.usmagazine.com