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Detengámonos un segundo y recordemos dónde estábamos hace ocho años [en 2008]. Tuvimos la peor crisis financiera, la Gran Recesión, la peor desde la década de 1930. Eso se debió en gran parte a las políticas fiscales que recortaron drásticamente los impuestos a los ricos, no invirtieron en la clase media, apartaron la vista de Wall Street y crearon una tormenta perfecta.