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Los únicos objetos de la razón práctica son, pues, el bien y el mal. Pues por el primero se entiende un objeto necesariamente deseado según un principio de razón; por el segundo uno necesariamente evitado, también según un principio de razón.
Los únicos objetos de la razón práctica son, pues, el bien y el mal. Pues por el primero se entiende un objeto necesariamente deseado según un principio de razón; por el segundo uno necesariamente evitado, también según un principio de razón.