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El Colegio Electoral es un proyecto que recurre a su criterio. Si no nos gusta, podemos hablar de cómo eliminarlo. No estoy muy convencido de que debamos eliminarlo por completo. Creo que es importante tener un control final que no sea el Tribunal Supremo. Pero dado que está ahí, deberíamos tomárnoslo en serio. Y tomárselo en serio significa que deben ejercer su juicio de acuerdo con los valores morales, los principios que forman parte de nuestra tradición constitucional actual. Y esos principios dicen igualdad.