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  • Los otros esclavos del campo nunca dejaban que el esclavo de la casa supiera lo que realmente pensaban. Si el esclavo de la casa decía, bueno uno de estos días todos nosotros viviremos en la plantación, ellos decían, uh huh. Le seguían la corriente. Pero si te acercabas a ellos y les decías, vámonos, se iban así de fácil. Y en, en América tienes la misma situación. Tienes a las vastas masas que aún son esclavas.