Eso es desgraciadamente habitual: culpar a los inmigrantes, culpar a los afroamericanos que reciben ayuda de los programas federales, culpar a quien sea, desviar la atención de las raíces de la angustia que se sufre. Esto se combina con la xenofobia, la supremacía blanca, el racismo, la misoginia y otros fenómenos bastante desagradables que están lejos de ser erradicados. Todo esto forma un brebaje bastante peligroso. Pero las cuestiones económicas están justo en el centro. Y esto se puede ver en el hecho de que muchos antiguos votantes de Obama ahora votaron por Trump, o simplemente no se molestaron en votar.