Como observación informal y no científica, la personalidad de la mayoría de las personas no parece cambiar mucho a lo largo de su vida. Hay excepciones en el caso de personas que pasan por acontecimientos enormemente traumáticos o sufren lesiones cerebrales o enfermedades. Algunos sostienen que las conversiones religiosas pueden tener profundos efectos alteradores de la personalidad. Pero todo esto son excepciones a la regla.