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  • Estaba viendo las emisiones de televisión en las que se entrevistaba a personas varadas en los aeropuertos durante días y días, que perdían sus vacaciones, sus importantes reuniones de negocios y la tan esperada posibilidad de ver a sus familias... En resumen, sufrimiento. Pero nadie se quejaba. Repetían una y otra vez: estamos muy agradecidos por haber velado por nuestra seguridad, por sentir. Estaban dispuestos a renunciar a buena parte de su dignidad humana, de su individualidad, de su libertad de elección.