Estados Unidos tiene que volver a cuidar de Estados Unidos. Eso significa hacer una valoración realista de quién está realmente en peligro en este país, no las feministas quejicas, ni los activistas de Black Lives Matter quejicas, sino los homosexuales y las mujeres en peligro por culpa del Islam. También las personas de este país que han sido maltratadas, a las que se ha mentido y sobre las que se ha mentido. Una evaluación honesta de quién necesita realmente la atención del gobierno en este país. Y cuando todo eso esté hecho, entonces podremos pensar en volver a interferir en otros lugares.