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  • A los estadounidenses les gustan los personajes cálidos. Por eso, independientemente de lo que hiciera al principio, Bill Clinton les gustaba porque parecía un tipo con el que podías sentarte a tomar una hamburguesa y una cerveza. Incluso por eso, a pesar de que a veces parecía que no funcionaba del todo bien, a muchos de ellos les sigue gustando George W. Bush, porque parecía el tipo de persona con la que te puedes sentar a tomar una hamburguesa y una cerveza.