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Fui bastante realista con la gente sobre lo que podíamos hacer y la situación en la que nos encontrábamos, e intenté moderar las expectativas. Si escuchas mis discursos, si escuchas lo que dije en Grant Park, no dejaba de decir: "Mirad, esto no es solo cosa mía, esto no va a ocurrir en un año, ni en una legislatura, ni siquiera en una presidencia". Y tratamos de incluir en todo lo que decíamos un sentido de esperanza, pero también de realismo.