No tenemos un gran choque de civilizaciones, un choque de ideologías, un choque de modelos alternativos, en el que los gobiernos pensaran para sí mismos, si vamos demasiado lejos, si pisoteamos de algún modo irrazonablemente los derechos, daremos origen a un movimiento político que nos costará nuestra credibilidad, y posiblemente nos costará nuestros cargos, porque la gente votará al otro equipo, a los otros.