-
En la Gran Depresión en la que crecí y recuerdo vívidamente, el desempleo superaba el 25 por ciento, y más del 35 por ciento donde yo vivía. Un hombre adulto trabajaba todo el día, 16 horas, por un dólar. Recuerdo a cientos de personas caminando, gente que había bajado del Norte sólo para calentarse. Venían a nuestra casa como mendigos aunque tuvieran estudios universitarios. La gente no tenía dinero. Hacían trueques, intercambiaban huevos o cerdos. Era completamente diferente.