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Creo que, en muchos sentidos, Billie Holiday sigue siendo una artista muy poco apreciada. La gente se centra en su voz y en todas las cosas vocales reconocibles que hace, que son geniales. Pero con este proyecto quería volver a hablar de ella como feminista radical, como activista de los derechos civiles, adoptando una postura. Y también como inconformista.