Una noche mi hijo estaba abajo estudiando, y había estado despierto hasta muy tarde toda esa semana, y mi marido dijo: "Lo siento mucho por él". Le dije: "Mira, si va a ser cirujano" -estudia para ser médico- "va a tener sus momentos difíciles. Yo también lo siento por él, pero si vive en este mundo va a tener más momentos difíciles. Va a pasar más noches en vela". Creo que no podemos protegerles de los momentos difíciles, aunque nos gustaría. A los niños a los que enseño y a los míos propios les digo: "No puedo tantear el terreno por ti y decirte que ese es un paso seguro".