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Tenía mucho tiempo para leer [siendo abogado] lo que no había leído en mis tiempos de escuela y universidad. Como era mal estudiante, apenas aprobaba los exámenes y apenas me preocupaba por los libros. Todo el tiempo era deporte. Empecé a leer y me interesé por la literatura y la escritura. Los pocos casos que llevé me dieron el material para mis primeros relatos cortos.