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Tuve suerte de sobrevivir al accidente de moto porque la moto pasó por debajo del coche. Salí volando unos 6 o 7 metros. No llevaba casco. Me golpeé la cabeza contra el pavimento y me desmayé, me di una conmoción cerebral, me fastidié la pierna izquierda. Tuve suerte de no morir porque no llevaba ninguna prenda protectora. Y recibí una buena paliza. Pero, sí, tal era la naturaleza del día cuando el barbero fue llamado y las cerraduras de Sansón fueron recortadas.