-
A mi madre le parecía bien que yo no fuera a lo seguro. Acordó con mi padre que yo iba a ser educado de forma diferente a como lo fueron mi hermano y mi hermana. Mis padres pasaron por toda la rebelión de los sesenta con mi hermano y mi hermana. Pero yo no sentía que tuviera que rebelarme porque nadie me decía que no podía hacer algo. Nunca pasé por esa etapa de padres-enemigos.