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Un abogado nunca se siente del todo cómodo con un divorcio amistoso, igual que un buen funerario no quiere terminar su trabajo y que el paciente se siente en la mesa.
Un abogado nunca se siente del todo cómodo con un divorcio amistoso, igual que un buen funerario no quiere terminar su trabajo y que el paciente se siente en la mesa.