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Obviamente, algunas decisiones son mucho más intrascendentes que otras. Por ejemplo, supongamos que eliges la camisa azul en lugar de la roja; no es probable que cambie mucho. La carne roja sobre la blanca una vez a la semana probablemente no supondrá una gran diferencia en tu salud. Pero si crees que el pollo a la plancha es más sano que una hamburguesa con queso, tu elección para el almuerzo podría hacerte reflexionar; sobre todo si sabes que la hamburguesa con queso también viene con patatas fritas y un batido de chocolate grande.