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  • Aunque no sabemos nada sobre cómo funciona el cerebro, lo poco que sabemos sugiere que si se quisiera diseñar un entorno de aprendizaje que fuera directamente opuesto a lo que el cerebro es naturalmente bueno para hacer, se diseñaría el sistema educativo que tenemos actualmente, no sólo en Estados Unidos, ¡sino en todo el mundo!

    Fuente: bobmorris.biz