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  • Tenemos muchas presiones. Tenemos la presión de tener éxito a un cierto nivel. Tienes compañeros a los que les va muy bien, o compañeros a los que no les va tan bien y, te guste o no, te comparan constantemente con ellos. Y, por supuesto, las presiones de la Iglesia.

    Fuente: www.christianpost.com