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He visto a muchos hombres, por ejemplo, que hacen testamento e incluyen a sus hijas, estén casadas o no. Y quizá el mayor cambio de actitud es que hoy, al menos en Kenia, si no envías a tu hija a la escuela -a menos que sea una cuestión de pobreza o religión, y no es que no haya escuelas- la gente se pregunta: "¿Por qué demonios no envías a tus hijas a la escuela?". Eso es un salto muy grande desde cuando yo iba a la escuela y educar a las niñas era una excepción a la regla.