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  • Un día Barack Obama apunta a un grupo o empresa, y al día siguiente a otro. Nunca, nunca se hace responsable de cualquiera de este caos. ¡Oh, no! Él es sólo un espectador inocente. Es un espectador. Después de acumular una deuda sin precedentes en este país, nos dice que tenemos que controlar nuestro gasto. Ahora intenta desesperadamente salvar su patética y destructiva presidencia, y para ser reelegido le importa un bledo a quién perjudica en el proceso o qué daña.

    Fuente: www.rushlimbaugh.com