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Si la alegría o la urgencia faltan en nuestra presentación del Evangelio, entonces nuestro testimonio de Cristo carecerá de ese tipo de plenitud que encontramos en el Nuevo Testamento.
Si la alegría o la urgencia faltan en nuestra presentación del Evangelio, entonces nuestro testimonio de Cristo carecerá de ese tipo de plenitud que encontramos en el Nuevo Testamento.