¿De verdad alguien cree que Irak va a ser una democracia maravillosa en la que la gente va a correr a la urna a depositar suavemente su papeleta y el ganador va a ponerse alegremente al frente del país? Vamos. Dos minutos después de que nos vayamos, va a haber una revolución, y el tipo más malo, más duro, más inteligente, más vicioso se hará cargo. Y tendrá armas de destrucción masiva, que Saddam no tenía.