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Las historias que escuchaba de hombres que se estaban divorciando y luchando por la custodia de sus hijos, las mentiras que les contaban sus esposas sobre que eran depredadores, que habían manoseado o abusado de los niños, y esos hombres no sabían qué hacer. No era verdad. No tenían ni idea de cómo combatirlo. Y yo dije: "Una gran parte de esto es el feminismo moderno. Tienes que entenderlo".