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No te puedes imaginar la cantidad de gente del deporte profesional que se me ha acercado y me ha dicho: "Dios, tratas a esos gilipollas como me gustaría tratarlos a mí". Y mi pregunta es: "¿Y por qué no lo haces tú?".
No te puedes imaginar la cantidad de gente del deporte profesional que se me ha acercado y me ha dicho: "Dios, tratas a esos gilipollas como me gustaría tratarlos a mí". Y mi pregunta es: "¿Y por qué no lo haces tú?".