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Intento programar al menos un día a la semana para ponerme al día, para sentir que vuelvo a respirar. Tomo vitaminas. Tengo una cinta para correr y pesas en casa, pero prefiero caminar al aire libre, respirar y dejar que todo se vaya. Intento leer por placer siempre que puedo; es una forma estupenda de desconectar durante un rato para que el cerebro no se quede frito.