Los avances hacia la soberanía en Irak estimulan las presiones, primero en favor de los derechos humanos entre la población chií amargamente reprimida, pero también hacia cierto grado de autonomía. Se puede imaginar una especie de alianza chií suelta entre Irak, Arabia Saudí e Irán, que controle la mayor parte del petróleo mundial y sea independiente de Estados Unidos. Y lo que es mucho peor, aunque Europa puede ser intimidada por Estados Unidos, China no. Es una de las razones, la principal, por la que China es considerada una amenaza. Volvemos al principio mafioso.