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Sabía que el mundo era un lugar duro, y mi familia un desastre, y aunque bailaba tan rápido como podía, no me sentía bienvenida, no sentía el gran Shalom. ESTE MUNDO NUNCA FUE UN BUEN PARTIDO PARA MÍ. Pero yo creía que había una energía mágica y amorosa en el mundo, que se manifestaba en la belleza y la maravilla de la naturaleza, en mis mejores amigas y amigos, en el arte y la música.