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No es que no haya muchas, muchas obras de arte y muchas otras culturas, pero el carácter cívico del teatro griego tenía algo especial. Todos los ciudadanos dejaban de trabajar. Venían a estos teatros. No era como un teatro de Broadway donde te sientas en la oscuridad y esperas ser pasivamente entretenido. Estás en este teatro, anfiteatro, a la luz del sol, mirando a tus conciudadanos, reconociendo sus caras, y pensando con ellos sobre el futuro de tu ciudad. Creo que muy pocas culturas han tenido una tradición teatral tan cívica.