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El efecto de la forma de pensar de la publicidad en nuestros cerebros, y en cómo vivimos en nuestro planeta, es muy inquietante. No es algo muy bueno, y no es el tipo de cosa que se convierta en una especie de "ja, ja".
El efecto de la forma de pensar de la publicidad en nuestros cerebros, y en cómo vivimos en nuestro planeta, es muy inquietante. No es algo muy bueno, y no es el tipo de cosa que se convierta en una especie de "ja, ja".