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En Sudán veo muchas cosas maravillosas, una vida normal: jóvenes emprendedores que ponen en marcha proyectos de ONG, niños que juegan y son niños. Todo lo demás que ocurre en la vida normal en cualquier parte del mundo, y que nunca aparece en la cobertura de los medios de comunicación. Sólo hablamos de Sudán cuando está en crisis, así que acabamos teniendo una idea distorsionada de cómo es la vida cotidiana de mucha gente.