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Me presionaba mucho para saber qué decir y, últimamente, he empezado a intentar pensar las cosas. Antes no confiaba en mis instintos ni en lo que quería decir, y me costaba mucho encontrar lo que quería decir. Supongo que es el clásico caso de bloqueo del escritor y de aprender a superarlo. Estoy aprendiendo poco a poco.