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  • Mi vida no siempre fue tranquila. A dos miembros de mi familia les diagnosticaron cáncer, así que pasé mucho tiempo en hospitales y dando cuidados a domicilio. Murieron varios amigos íntimos. Me enamoré de la persona equivocada. No paraba de trabajar, pero seguía endeudándome. Mi vida no se parecía en nada a lo que había pensado. Y entonces tuve un grave accidente de coche. Me alejé, pero fue como un chapuzón de agua fría. Al día siguiente, empecé a escribir Doce Vidas. A veces, cuando estás acorralado y no tienes nada que perder, es un gran lugar desde el que escribir.

    Fuente: www.interviewmagazine.com