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Cada vez que alguien te pide que hagas algo que te celebre o que destaque tu vida, el mero hecho de que se hayan preocupado lo suficiente por mí, ¿quién soy yo para decir que no? Para mí es una forma de adulación y me tomo esas cosas en serio, porque a la larga, la gente no tiene por qué preocuparse por ti.