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  • Sabemos que nuestro cuerpo sufre por el exceso de trabajo y la falta de ocio: ansiedad, problemas de salud mental... No estamos diseñados para trabajar más de unas 40 horas semanales. Nuestros sistemas se desgastan y la calidad del trabajo se resiente. A partir de las 50 horas, se hunde y se quema.

    Fuente: www.macleans.ca