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Recordemos que una de cada cinco personas pasa hambre en Estados Unidos y que hay mucha gente que come tres veces al día, que sabe de dónde vendrá la comida de la próxima semana y que es muy sensible a este tema y que querría que todo el mundo estuviera alimentado. A esto hay que añadir el número de padres con hijos en las escuelas que quieren que sus hijos coman alimentos sanos y saludables y no quieren que sus hijos puedan consumir refrescos azucarados o leche con chocolate en cualquier momento del día.