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  • Antes me gustaba mucho la meditación tradicional, pero descubrí que crear música nueva es la mejor meditación. Cuando soy capaz de entrar en ese espacio, nada más importa, y yo sólo soy un recipiente para cualquiera que sea el mensaje; siento que no tengo el control. Es como una comunicación orgánica, y siento que eso es la tranquilidad, en cierto modo.

    Fuente: pitchfork.com