Aunque no consigo los papeles en películas u otros programas de televisión que corresponderían a una gran estrella internacional, no tengo que preocuparme por ir por la calle o comer en un restaurante. De vez en cuando te reconocen un poco. Y no pasa nada. A la mayoría de la gente le parece bien. Es algo tan discreto que puedo disfrutarlo sin preocuparme.