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  • Cuando empecé a salir del armario, siempre dividí a los gays que conocía en dos grupos. Estaban los chicos que pensaban que había algo fundamentalmente malo en ellos y se odiaban a sí mismos y estaban tan agobiados por la vergüenza y la homofobia interiorizada. Les paralizaba y les destrozaba. Y luego había tipos como yo que pensaban: "Yo estoy bien, los demás están locos. Mi iglesia está enferma y la familia está loca, ¿pero yo? Yo estoy bien."

    Fuente: www.avclub.com